Los pájaros canturrean como si estuviesen dentro de la habitación, podría sonar idílico pero… Son las 5 de la mañana y además del sonido del pío pío, hace un frío tremendo: nos hemos dejado la ventana abierta! La cierro y a dormir.
Tres horas después estamos en marcha, desayuno, cerrar maletas, ojear la previsión del tiempo y listo. Mientras A. hace el checkout yo intento cambiar la bombilla fundida a priori tarea fácil, pero a la postre acaba siendo tedioso, trabajo en equipo y, después de 10 minutos y varios arañazos en la mano, exitoso.
Salimos por fin, bajo un sol que nos iba a acompañar durante casi todo el día.
La ruta de hoy nos dirigía al norte de nuevo por un camino distinto al de ayer.
Los primeros kilómetros nos llevan hacia el sur, las carreteras son buenas. Buen piso, buenas curvas aunque con bastante tráfico, pero muy muy divertido. Esta zona parece más turística, se ve más gente en todos lados y los pueblos tienen más barullo, son más grandes y hay puestos por doquier. Nos acercamos al lago Titisee, mucha gente por todos lados, acabamos de salir y no nos apetece hacer una parada larga tenemos un día largo por delante, así que paramos a hacer unas fotos y admirar el lago y seguimos.
La ruta nos lleva ahora hacia Triberg. Pasamos de una carretera buena a otra mejor, curvas, curvas y más curvas, buen asfalto y paisaje guapísimo. Al contrario que ayer, subimos y bajamos poco en altura, las carreteras son más anchas y, eso sí, hay más tráfico, sobre todo de motos.
En un momento determinado el GPS nos pide que nos desviemos a la izquierda… No queremos, esta carretera mola demasiado así que seguimos. Al llegar a un pueblo donde vemos indicaciones hacia Triberg, las seguimos e ignoramos al GPS, que no cesa en su empeño de hacernos dar la vuelta. Por supuesto en el camino nos perdemos un par de veces y damos unas cuantas veces la vuelta.
Llegamos por fin a Triberg, buscamos las indicaciones del reloj de cuco, famoso por ser el más grande del mundo.
Lo encontramos :), en realidad está fuera del pueblo. Cuando llegamos mucha gente está esperando mirando al reloj. No nos damos cuenta hasta que empieza a sonar, son las tres!! Y sale el cuco ?. Un consejo, si queréis verlo bien, id a las 12 😉
Hace mucho calor, la moto marca 27° y estar en movimiento es la única manera de refrescarse un poco, así que volvemos a la carretera.
De nuevo ignoramos el GPS a ratos, ya que las carreteras por las que circulamos son muy buenas y no queremos abandonarlas.
Empezamos a tener hambre así que tras dar un par de vueltas al centro de un pueblo vemos una terraza vacía y nos detenemos. Está abierto! Nos sentamos al sol, pedimos la comida y nos tomamos una bebida fría. No dejan de pasar motos por el pueblo.
Con el estómago lleno arrancamos de nuevo el GPS nos la lía de nuevo y lo ignoramos otra vez :). Seguimos por una carretera muy buena, entre árboles, hacia arriba y hacia abajo. Volvemos a conectar con la ruta planificada y después de unos cuantos kilómetros al sol, debemos desviarnos a la izquierda… Pero es que está carretera… Va… Seguimos. En el siguiente pueblo vemos que, ahora sí, no hay más remedio que hacer caso al GPS.
Pasa el tiempo y los kms. estamos cansados y hace mucho calor necesitamos un refrigerio, intentamos en varios pueblos sin éxito, así que seguimos. Nos adentramos de nuevo en el bosque curva va, curva viene, de pronto en el medio de la nada, entre los árboles, es eso una terraza de bar?.. lo es! Para nosotros fue como encontrar un Oasis en el medio del desierto. No solo por el calor que teníamos, también por lo bonito y recóndito del lugar. La guinda fue que la camarera hablaba inglés, así que pasamos un buen rato descansando y cargando pilas.
De nuevo en marcha, quedaba poco para llegar a Rastatt, acortamos un poco el último tramo para no retrasarnos más.
Llegamos al hotel, situado en una especie de polígono industrial, dejamos todo y fuimos a cenar a un italiano que estaba justo enfrente. Estamos reventados, el calor y las pendientes arriba y abajo cansan una barbaridad, pero hemos disfrutado de un día tremendo.
Salimos de cenar y empieza a llover. El momento justo!!! Que gran fin de semana.
Mañana domingo toca volver será paliza con mucha autopista, pero ha merecido la pena.
4 Responses
Muy buen viaje os habeis regalado, David. La selva negra me la apunto para el futuro. Tengo una lista muy, muy larga….
Saludos.
Miguel.
Muchas gracias Miguel. El viaje ha estado muy bien, quizas demasiado apurado, pero no teniamos mas tiempo. Mi lista tambien es larga ;), lo importante es tener la lista e ir haciendo algun viaje de vez en cuando.
Un saludo!
David.
En Triberg está la catarata más alta de Alemania. Hay un paseo por el bosque hasta llegar a ella muy chulo, por en medio del bosque, donde se bajan las ardillas a coger comida y se te quedan paradas mirándote a 2 metros como si nada. El camino serpentea por la pared de roca arriba y permite alcanzar la zona alta de la cascada.
Hale, ya tenéis motivos para volver… XD
Muchas gracias! pues si, ya tenemos motivos para volver, pero quizas con mas calma y tiempo para ir a hacer esa visita que comentas. Gracias por tu comentario Abel!