Demasiado tiempo parada, demasiado tiempo en el garaje esperando la oportunidad de salir a rodar. La Estela parece fruncir el ceño cada vez que bajo al garaje y paso a su lado. Ya no recuerda lo que es salir, hacer un viaje, rodar por carreteras con curvas de tacto aterciopelado, como diría Roberto Naveiras (viajoenmoto.com).

Entre la pandemia y el mal tiempo hace meses que no salimos de ruta y esto tenía que cambiar. Así que hace un par de semanas dijimos “basta ya” y buscamos un sitio desconocido de Luxemburgo en el que perdernos y rodar. Que por qué Luxemburgo? Para mi es una de esas joyas que hay en Europa, moteristicamente hablando, que están por descubrir. Además es lo que más cerca nos queda con carreteras que merecen la pena para rodar.

Así que el viernes por la tarde, apuramos las últimas horas de trabajo, preparamos todo y a eso de las cinco y media de la tarde nos ponemos en marcha.

No os lo creeréis pero, hace calor! No voy a hablaros mucho del tiempo, pero en tres meses hemos tenido un par de días de sol, el resto, lluviosos y mustios y, para que te centres cuando sea que leas esto, estamos a 13 de agosto 🙂

Dos horas de autopista en las que cruzamos Belgica, paramos a tomar un poco de agua cerca de Bastoña y entramos, por fin en Luxemburgo.

Las montañas van poco a poco creciendo a nuestro lado, la carretera parece rodearlas, esquivarlas, trata de huir de ellas. El casi inmaculado asfalto, sin importar si la carretera es principal o secundaria nos recuerda porque nuestra mente siempre nos quiere volver a traer aquí.

El Tomtom nos manda por un sitio, el waze por otro, la ruta del segundo es más corta así que allá vamos. Nos salimos a la izquierda, la carretera se estrecha y se mete en un bosque. No hay línea central y poco a poco la revirada carretera va subiendo. Vemos el recorrido en el gps, varias tornantis a izquierda y derecha nos llevan a unas vistas espectaculares del valle con un camping en el centro. Nos cruzamos algún coche y seguimos curva a curva. La carretera baja ahora y de pronto a nuestra derecha aparece un rio, al que la carretera parece querer seguir. A nuestra derecha el caudaloso río, a nuestra izquierda la montaña, todo esto sin dejar de trazar curvas, izquierda, derecha, izquierda una y otra vez. Pero que maravilla es esta! No sé si por las ganas que teníamos de salir, al menos yo, jiji, si por el tiempo que hacía que no circulábamos asi o por lo espectacular e inesperado de encontrarnos en esa carretera, durante un buen rato se me pusieron los pelos de punta. Que maravilla esto de montar en moto!!

Llegamos ya a una carretera principal, divertida pero no tanto. Enseguida llegamos al hotel que será nuestro hogar por dos noches. Check in, ducha y bajamos a cenar. Estamos de viaje! Mañana ruta circular. Que grande es Luxemburgo!

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