Como ya adelantaba en la anterior entrada, la siguiente moto que probé, al día siguiente, fue la F800 GT. Mismo recorrido, aunque con menos lluvia está vez, por suerte.

Moto totalmente distinta, empezando por el motor bicilíndrico en línea en lugar del bóxer y menos potente,  siguiendo por la posición de conducción… Incluso la transmisión por correa en lugar de cardan. Todo ello, a priori, hacía pensar que las sensaciones iban a ser muy distintas. 

Y así fue, pero empecemos por orden. El motor, 800cc. de 90cv que se antojaban bastante «remolones» comparados con los 125 de la RS. Quizás más de lo esperado, también puede ser que, acostumbrado a llevar motos con muchos bajos, a la GT le costase más estirarse desde abajo. Aunque hice varias pruebas bajando marchas y subiendo vueltas y he de decir que me esperaba mejores sensaciones de esos 90cv. Pero eso no era lo peor, la potencia era más que suficiente teniendo en cuenta las vibraciones que genera a partir de 5000 vueltas. Tanto que al final de los 25 min. de viaje, la mayoría por autopista, comenzaba a sentir las manos como dormidas por la vibración del manillar. Seguramente me he vuelto muy señorito pero, era realmente molesto. No me imagino un viaje algo más largo con esa vibración.

En cuanto a la posición de conducción, era más cómoda de lo esperado. Un poco más deportiva que la RS, pero no me encontré mal en la GT. Anima a sacar rodilla y, posiblemente, será muy divertida en carretera de montaña con esa colocación del manillar un poco adelantado. La cúpula no protege mucho, sobre todo a alguien alto como yo, así que tocó hacer brazo y el poco carenado y la estrechez del chasis hace que las piernas vayan bastante expuestas al frío y al agua. 

Los siguientes dos aspectos son muy similares, en valoración, a la RS. Los espejos, los mismos que la RS y en una posición muy similar también, con el consiguiente inconveniente para los atascos. Eso si, al ser más ligera y más estrecha se lleva mucho mejor en esas circunstancias. Los frenos, sin dar tan mala sensación como los de la RS,tampoco me convencieron. Tacto blandengue y mucho recorrido de maneta hasta encontrar chicha.

La conducción es buena y tiene pinta de ser divertida en carreteras de curvas (pena no haber podido probar). En general no es mala moto, pero las vibraciones y la potencia justa no la hacen la mejor para lo que busco.

La próxima y última, la mía: R1200 RT de 2012.

Tags:

No responses yet

Deja un comentario