Que largo se está haciendo el invierno!!, tanto que me he buscado demasiadas cosas para hacer, lo que ha hecho que, una vez más, haya abandonado esto de escribir. El haberme adentrado en el mundo de los vídeos con el motovlog, un proyecto personal al que estoy dedicando muchas horas fuera del trabajo y el propio trabajo no dejan mucho tiempo para sentarse tranquilamente detrás de la pantalla en blanco.

Este fin de semana ha tocado recarga de batería para la moto, cuando empiezo a notar síntomas de descarga, el viernes me la subo a casa y la tengo todo el fin de semana conectada al cargador. Así que hace unos minutos he vuelto a ponerla para tenerla lista para mañana.

Si el invierno pasado fue bastante light por estas latitudes, este invierno está siendo todo lo contrario sin llegar a ser nada dramático. El viernes me tocó estar, de nuevo, pendiente de la ventana mientras trabajaba, ya que se pasó medio día nevando. Al final, por suerte, sólo un poco de escarcha en la pantalla y en el casco, carretera limpia y nada más.

En este tiempo, hemos tenido poca actividad motera, pero reconozco haberme «enganchado» a una comunidad motera. Quizás una un poco fuera de lo normal. Hace ya más de un año, descubrí el podcast de viajoenmoto, con Roberto Naveiras como maestro de ceremonias. Más o menos al mismo tiempo empezó a emitirse en directo todos los miércoles y se abrió un chat para comentar lo que allí se decía. Los programas diarios de aventuras del Dakar fueron la puntilla que terminó de lanzarnos a muchos a estar pegados al chat y al móvil o al ordenador para escuchar y comentar el más que interesante contenido. Gracias a ellos hemos conocido al ínclito Martin Solana, la gran Olga Ferro, a Guillermo, «nuestro» particular mecánico que hizo las veces de enviado especial durante el rally, a Mikeldi y a cientos de personajes relacionados con el mundo de los viajes en moto.

Hay miles de podcasts y programas de radio, de casi cualquier temática, entonces… por qué elegir este? Hoy nos compartía Tito este texto en el que da en el clavo: la calidad del programa. Porque se puede considerar un programa de radio de muy buena calidad, con buena música, contenidos interesantes, entrevistas divertidas y todo ese halo de locura (de la buena) con el que Roberto rodea viajoenmoto.

Pero más allá del programa en sí (cien por cien recomendable y que se puede escuchar aquí), y como reza el título de este post, lo más importante para mí es la comunidad motera que se ha creado en torno a él. Con unas 200 personas en él, el chat de telegram de viajo en moto, es un hervidero de comentarios, fotos, gifs de Mikeldi e infinidad de cosas relacionadas con el tema moteril. En unos días se celebrará, en el culo del mundo conocido (como Roberto llama a la localidad de Grandas de Salime, desde donde se emite), la segunda quedada de viajo en moto. Por desgracia este año también me lo perderé, estaré muriéndome de envidia (de la mala… o muy mala :P) por aquí…  pero ya prepararemos algo para redimirnos :).

Así que podéis imaginaros que, entre una cosa y otra, con tanta charla de motos y de viajes,  uno tiene muchas ganas de hacer kilómetros y kilómetros. Por ahora, habrá que esperar a que escampe un poco :D.

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