No es un sábado cualquiera, ante la inminente mudanza la semana que viene, pasamos la mañana haciendo cosas.
Paramos a comer en Zemst, solo nos queda una cosa por hacer, buscar una lavadora y un congelador. Hemos visto un outlet de electrodomésticos en un polígono cercano y vamos a echar un ojo.
Un vez más, sorprendentemente, todo sale a pedir de boca, encontramos lo que buscamos, a buen precio y nos lo llevan a casa cuando lo necesitamos.
Arrancamos de vuelta a casa y me paro en un concesionario Kawasaki que está justo al lado del outlet: «echamos un ojo a ver?»… Venga va.
Entramos y subimos a la segunda planta donde está la equipación. Pruebo varios cascos, ya que con el zafarrancho del Shark necesito uno. Ninguno me convence así que nos bajamos y cotilleamos entre la amplia variedad de motos. Nos acercamos a unas scooter de 125, unas sym, mientras comentamos lo pequeñas que son, su precio, etc.
Un señor anda por allí, como nosotros, merodeando. De pronto nos dice, en español, «estas motos son muy pequeñas, son para chicas» y se ríe.
Carlos tiene algo más de sesenta años, se acaba de jubilar. Hace cálculos, lleva unos 46 años en Bélgica. Le encantan las motos, de hecho tiene tres. Hoy ha venido con la Er6n, que en realidad es de su mujer, pero ella no la coge. Además tiene también una RT, más vieja que la mía y una honda clásica.
Le gustan mucho montar en moto, hace poco se ha hecho una ruta de seis semanas por España. De vez en cuando sale con un grupo de motos de Stomberg, se llegan a juntar 150 motos de ruta! No le gusta salir solo en moto, es aburrido y, sobretodo, peligroso.
Tiene otros ocho hermanos, repartidos por España, Francia y Bélgica como él. Están preparando una fiesta sorpresa a su madre que cumplirá 90 años este año.
Carlos tiene un acento entre andaluz e hispano francés, habla muy rápido y nos cuenta muchas cosas en muy poco tiempo. Prácticamente no nos ha dado tiempo ni a decirle de donde somos :).
Nos tenemos que ir ya, nos presentamos a Carlos, le doy mi número de teléfono y quedamos en que nos llamaremos para dar una vuelta en moto cuando tengamos la oportunidad.
Me encanta el mundo de la moto por estas cosas, en cualquier sitio, da igual donde estés, da igual el idioma, siempre encuentras a alguien con quien hablar, dispuesto a dedicar un rato a charlar sobre motos y otras muchas cosas.
V’sssss
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