Anoche eran las 12 de la noche cuando caímos rendidos después de un día largo y un poco aburrido. Por desgracia el aire acondicionado de la habitación del hotel no funcionaba bien y hemos dormido regular por culpa del calor. Quien nos lo iba a decir.

La rutina mañanera comienza con el desayuno, a eso de las 8:30 de la mañana. Después recogimos todo, fui a por la moto al garaje y la cargamos con las maletas.

Salimos de Estrasburgo, después de hacer el check out y comiéndonos un tremendo atasco por los alrededores de la ciudad. La idea era llegar lo más directo posible al inicio de la ruta, aunque puede que fuese directo, pero nada rápido. Es viernes y fin de mes, por desgracia ese era solo el inicio del periplo de atasco en atasco.

Unos cuantos kilómetros de autopista y, por fin, nos desviamos y cogemos una carretera nacional. Al principio prometía diversión y bonitos paisajes, pero se convirtió en una ratonera en la que coches y camiones se amontonaban esperando a que los números semáforos se pusieran en verde. Así, poco a poco y con mucho calor, avanzamos entre pueblo y pueblo hasta que paramos a descansar en una gasolinera.

Aprovechamos para comer y beber algo ya que con este calor estábamos sedientos.

Recordamos que tenemos que comprar la viñeta para poder pasar por las autovías austriacas. Si tenéis que pasar por Austria o Suiza y pensáis coger autovía, recordad que tenéis que comprarlas. Se venden en Gasolineras cerca de la frontera con el país en cuestión ( antes de entrar en el mismo), o se puede comprar por internet, pero para la segunda opción aseguraros de comprarla con más de 14 días de antelación, o no podréis.

Con la idea de comprar la viñeta salimos. Más y más tráfico.

Paramos en una gasolinera a ver si tenían la viñeta, pero solo tenían la de coche. Por suerte en el restaurante de la parte de atrás si la tenían. La compramos y pegamos y nos pusimos en marcha.

A partir de aquí la carretera supuestamente rodeaba un lago y nos llevaba a Austria, Lietchestein y Suiza.

Pero rodear el lago se convirtió en un continuo atasco. De pueblo en pueblo de nuevo, de semáforo en semáforo. Una verdadera pena porque las vistas con el lago de fondo rodeado por las montañas realmente merecen la pena.

Hartos de pasar calor paramos en hotel que tenía una heladería/pastelería con terraza exterior.

Pedimos un refrigerio mientras buscamos alternativas para nuestra ruta, ya que, según el GPS, nos quedaban 3 horas más de las que más de 15 minutos eran de retraso por atascos.

El cambio en la ruta enseguida surtió efecto y pronto salimos del atasco a una autovía.

Después de unas decenas de kilómetros nos desviamos y cogimos una carretera que nos llevaba a la autopista de nuevo, pero esta vez en Suiza, para la que no habíamos comprado viñeta. Tras una parada para recalcular la ruta de nuevo, sin autovías, comenzamos a ver las montañas cada vez más cerca.

Sin apenas darnos cuenta estábamos en Lietchestein. Nos enteramos de que habíamos entrado porque las matrículas de coches eran distintas y vimos varios anuncios con webs acabadas en .li

Bancos, aseguradoras… Más bancos, en apenas unos cientos de metros atravesando un pueblo entendemos cuál es el principal negocio de este pequeño país.

Pero no nos desviemos, el paisaje empieza a cambiar, las montañas están cada vez más cerca y las carreteras se reviran.

Varios tramos de subida y bajada con curvas de todo tipo nos indican que la diversión está apunto de comenzar.

Ya queda poco para llegar al hotel en Küblis.

Una vez allí, descargamos, ducha rápida y a cenar que hoy hemos gastado energías.

Mañana empieza lo bueno, Stelvio, allá vamos!

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